
FOLKLORE EN LA ESTANCIA VILLA MARÍA
Una Noche Cultural en Ezeiza
En la Estancia Villa María suenan ecos de nuevos aires, vecinos organizan Show de Folklore, para acercar a los propietarios y crear lazos entre ellos!
El guitarrista tucumano y la cantora salteña llegarán a la Estancia Villa María, a realizar su obra un trabajo que reúne obras de Juan y Eduardo, tío y sobrino, en una celebración de música y poesía que actualiza un legado fundamental de nuestro ADN cultural.
La música es un arte que conjuga melodías y palabras, sentidos y trayectorias, obras e itinerarios que conmueven y acompañan. Nadia Szachniuk y el tucumano Juan Falú trazan un mapa sonoro necesario y exquisito, alternadamente entre las composiciones de Eduardo Falú y las de Juan Falú combinadas con sutileza.

En ese devenir de canciones, el guitarrista y la cantora representan a la vez dos provincianías que se abrazan y aportan una nueva lectura de estas piezas fundamentales, bajo la firma de un apellido que ha marcado huella, que ha signado caminos en la historia de nuestra cultura.
Sin embargo, las seis cuerdas de Juan y la tesitura de Nadia no resuenan solas, una legión de poetas inmensos van con ellos: Jaime Dávalos, Pepe Núñez, Jorge Marziali, Teresa Parodi, Hugo Roberto Ovalle y Néstor Soria prestan sus textos para sellar una celebración de identidad, de geografías y matices.
Nadia: Yo siento que en el apellido Falú se nos transmite un legado cultural de enorme magnitud, que sigue muy vivo. Con la intención de celebrar la reunión de sus dos principales «embajadores», Eduardo y Juan, dos artistas que admiro desde chica y que acompañan mi vida musical hasta el día de hoy.
En ese juego de generaciones fuimos entrelazando las canciones de uno y otro.
Juan: nace por una idea de Nadia. Acerco mis obras con respeto y la consciencia absoluta de saber que van al encuentro de las maravillosas creaciones de Eduardo, que es un verdadero pilar de la música nacional y la guitarra universal.
Nadia: Es un reencuentro que tal vez no pudo darse en los escenarios reales, pero que recreamos con la emoción más genuina.
Yo lo siento como una forma merecida de encontrar dos obras fundamentales de nuestra historia musical, que bebiendo del mismo manantial, y respetando profundamente las raíces, supieron renovar y decir con palabras contemporáneas a sus tiempos, lo que ha sido dicho de tantas formas por el ser humano. Por eso es una obra repleta de clásicos que no nos cansaremos nunca de escuchar y cantar.
