
Trecientos veinte mil dólares. Eso es lo que puede valer en el mercado los 16 kilos de cocaína que desaparecieron del depósito del Escuadrón 63 de Gendarmería, ubicado en Zarate Campana. La droga esperaba para ser destruida por orden judicial pero antes que el fuego llegó alguien más.
El faltante fue descubierto el pasado sábado durante un allanamiento ordenado por el juez Adrián González Charvay, que detuvo a cinco gendarmes como sospechosos del hecho.
El allanamiento no se hizo de casualidad: ese mismo día sábado habían declarado ante autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación dos testigos que pasaron el dato de lo que había ocurrido con la droga. «Fíjense que en de los panes secuestrados en junio si quedan 10 es mucho«, sostuvieron.
Los denunciantes -gendarmes que ahora tienen protección de Prefectura- fueron muy precisos y por eso el allanamiento se resolvió en cuestión de horas. Charvay pudo corroborar todo lo que habían dicho los denunciantes.